Diario de una suicida

Ni el más dulce de los besos podrá contener mi ira. Porque ya he llegado al final, ya no quedan más páginas por leer. No más capítulos. Sólo queda por leer la última palabra: FIN. Pero antes de cerrar el libro de mi vida, debo hacerlo.
Te fuiste... dejándome allí, tirada, sola, con la vista perdida en tu ida. Observándote hasta desaparecer tu figura en la penumbra. Desde entonces, ¿crees que mi corazón aún late?, ¿crees que vivo?, ¿crees que doy contenido mis lágrimas al oír tu nombre? Lo siento, pero no hay más opciones. Porque cuando dije "ahora tú eres mi vida", no mentía. Si te fuiste de mi vida, quiere decir que mi vida se ha ido contigo. Ya no tiene sentido comenzar a llorar... puesto que ya se me secaron las lágrimas, ya no puedo llorar más.
Ya estoy a un segundo de mi fin, observando todo mi alrededor. Será lo último que veré, al menos de la realidad. Porque cuando caiga al vacío y cierre mis ojos, la última imagen que quedará en frente mía será la de tu rostro, mirándome y sonriéndome, diciendo aquellas dos palabras que tanto me gustan oír de ti: Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario