No es pesimismo, sino realidad

Dedicamos la vida a crecer, a hacernos personas, a conseguir que nuestros sueños se cumplan, a llegar a ser lo que siempre quisimos, a formar una familia, a corresponder con una persona. Volvamos un poco más atrás. A nuestra juventud. Con el paso del tiempo han ido cambiando las modas, los hábitos, las locuras, los tipos de relación... Todos pensamos en un momento: "no sé qué podría cambiar desde este día al futuro". Nadie del pasado podría imaginar lo que vivimos actualmente. Nadie. Ya no tienes que ir al único bar de tu pueblo para llamar a alguien porque solo hay un teléfono en el pueblo, ni tampoco esperar al matrimonio para perder la virginidad, ni tener que creer en la religión de tu país, ni jugar a las muñecas hasta los quince años, ni despreocuparte de tu físico.

Todo ha cambiado, seguirá cambiando. Y todo para que al final nada sea como habíamos imaginado, como siempre habíamos deseado.
De pequeños decíamos: "de mayor seré astronauta, y también peluquera...". ¿Y ahora qué nos queda? Solamente aquellos recuerdos de una anterior infancia, aquella que nos empujó hacia lo que somos ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario